A finales del 2018 y principios del 2019 activistas de todo Sudán elevaron su protesta por el coste de la vida en el país, el inicio de una escala de reivindicaciones que pedirían el cese del régimen que había gobernado el país durante 30 años. A finales de mayo del 2019 entrevistamos a un activista de estas protestas, para saber más sobre estas acciones de lucha noviolenta en Sudán que lograron la destitución del dictador. El régimen había respondido con extremada violencia, con los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) acusados de haber asesinado a inicios de junio a más de cien personas que protestaban ante el [cuartel general de las fuerzas armadas]. Desde entonces, las personas activistas se ha reagrupado y vuelto a reunir, han vuelto a convocar a marchas para pedir el fin del nuevo régimen del Consejo Militar, y en julio del 2019 se anuncia un acuerdo entre el liderazgo de la oposición y los generales en el poder para la creación de un Consejo Soberano que convoque elecciones en una Transición.

Presentamos aquí la experiencia de uno de los activistas de esta inspiradora campaña.

Noviolencia y empoderamiento: ¿Cuál fue el contexto de las protestas? ¿Qué provocó que se iniciaran?

MA: Las protestas empezaron el 13 de diciembre del 2018 al este de Sudán porque el país llevaba 30 años siendo dirigido por un régimen militar: el dictador no había estado usando los recursos del país para la población, la gente no podía participar en el gobierno del país, y nos enfrentábamos a incontables problemas económicos. Por ejemplo, no había moneda en los bancos por lo que la gente no podía sacar dinero, no había combustible en las gasolineras, y la gente no podía ni comprar pan. Los precios fuera de la capital [Jartum] eran más altos aún, la gente sufría incluso más, y por eso estallaron las protestas.

EN: ¿Qué grupos protagonizaron las protestas, y cómo fue que se unieron?

MA: La gente venía de los institutos y las universidades; jóvenes y personas activistas de todo Sudán se unieron. A aquello siguió que la Asociación de Profesionales de Sudán (una plataforma ilegal que agrupa a sindicatos de personas trabajadoras] se unió a las protestas contra el régimen. Incluía a profesionales de la salud, de la educación, abogacía, ingeniería, y empezaron a ayudar a organizar las protestas en diferentes lugares de Sudán. También había una alianza llamada Libertad y Cambio, en la que estaba también la Asociación de Profesionales (y como ella, la coalición Libertad y Cambio también incluye diferentes partidos políticos de oposición, como el Partido Umma, el Partido del Congreso Sudanés, el Movimiento por la Liberación del Pueblo de Sudán, el Partido Comunista Sudanés y el Partido Ba’ath Sudanés).

EN: ¿Cómo se movilizó la gente para protestar? ¿Cómo se comunicaban?

La gente usaba las redes sociales, y éstas fueron la principal fuente de comunicación entre quienes protagonizaban las protestas. La Asociación de Profesionales usaba las redes sociales para movilizar a la población enviando mensajes y mapas para organizar manifestaciones. Toda la gente joven tiene un smart phone para acceder a las redes sociales. También estaban las organizaciones de mujeres, También estaban las organizaciones de mujeres, que además ayudaban a orientar y apoyar a otras mujeres.*

EN: Has mencionado la violencia del régimen… ¿Aquello pasó de golpe o fue algo gradual?

MA: Como el régimen no tenía opción de responder a las protestas porque estaban ocurriendo en diferentes lugares de Sudán, las autoridades respondieron con mucha violencia donde pudieron. Abrieron fuego contra la gente y emplearon gas lacrimógeno, a veces les empujaban con sus vehículos. Detuvieron y castigaron a la población activista. A veces entraban incluso en las oficinas y sacaban a las trabajadoras y trabajadores a patadas para darles una paliza. Asesinaron a más de 90 personas, sobre todo jóvenes y personas menores. Más de 2.000 personas han sido detenidas y torturadas.

La mayor parte de la población sudanesa intentaba asistir a la gente joven acogiéndoles en sus casas cuando el ejército usaba lanzaba gas, ayudándoles a escapar cuando usaban armas, dándoles agua...

EN: ¿Se entendía que la lucha tenía que ser noviolenta?

MA: Las protestas siempre fueron pacíficas y noviolentas, la gente lo entendía muy bien. Cuando la Asociciación de Profesionales les enviaba mensajes, les aconsejaban que no usaran la violencia, que no respondieran con violencia, que no reaccionaran con violencia a ninguna actuación del gobierno, de las autoridades, del ejército. Por eso las protestas fueron noviolentas.

EN: En algún momento las protestas dejaron de pedir precios asequibles para pedir un cambio de régimen. ¿Es así?

MA: Sí, porque como las peticiones de que el gobierno hiciera algo para que la gente pudiera vivir eran ignoradas y además se respondía con violencia, la Asociación de Profesionales convocó a una marcha al cuartel general de las fuerzas armadas [en Jartum] para presentar por escrito la petición del cambio de régimen, pues éste no hacía nada por la supervivencia de la població. Cuando llegaron, entregaron la petición, pero el ejército no dio respuesta. Las protestas pasaron a centrarse en pedir el cambio de régimen porque el régimen no daba pasos para aliviar la situación de la población.

EN: La petición era muy arriesgada, ¿no?, siquiera inicialmente…

MA: ¡Se corrió un riesgo inmenso! Pero como la mayor parte de los militares no eran parte del régimen, la gente confiaba un poco en ellos, por eso en el escrito se les pedía que se pusieran de nuestro lado, que ayudaran a conseguir las reivindicaciones. Cuando las protestas empezaron, las fuerzas de seguridad habían sido durísimas, habían asesinado a muchas personas que protestaban, pero los militares empezaron a defender a la gente, a presionar para que las fuerzas de seguridad no usaran las armas contra la gente que protestaba, el ejército estaba empezando a ponerse del lado de la población.

Se decidió permanecer ante el edificio hasta que el ejército diera una respuesta. El ejército tenía un sector que sí era parte del régimen, por eso el primer día no había respondido nada. Pero entonces la gente decidió hacer una sentada allí mismo, quedarse allí hasta lograr el objetivo, y empezaron a llamar a más gente de otros lugares, para que vinieran a apoyar. Yo fui una de las personas que se unió, yo y muchas personas de Sudán empezamos a unirnos a la sentada ante el cuartel general de las fuerzas armadas. La sentada empezó el 5 de abril del 2019.

Algunos de los oficiales del ejército se pusieron del lado de las protestas, y les empezaron a detener también, las fuerzas de seguridad y la inteligencia militar. Les han metido en la cárcel por apoyar a la gente.

EN: ¿Cómo fue para ti la acción? ¿Qué sentiste?

MA: Yo llegué el segundo día porque el primero habían bloqueado las calles. Estábamos en una situación muy difícil pero como el ejército se negó a usar la violencia que exigían las fuerzas de seguridad, que eran muy violentas, eso nos ayudó y conseguimos quedarnos, así hasta hoy. Después del trabajo, me vuelvo a la sentada...

EN: En los medios aquí vimos una imagen que se hizo muy famosa… Era una mujer de pie sobre un coche, cantando. ¿Qué papel han tenido las mujeres en las protestas?

Bueno, de hecho, las mujeres han desempeñado un papel fundamental en las protestas. Las mujeres han sufrido mucho con el anterior régimen, y son muy valientes, han padecido violencia contra ellas muchísimo tiempo. Las mujeres en Sudán son muy conscientes, y además tienen formación, por eso han tenido un papel fundamental en esta lucha. Estaban en primera línea, con los hombres. La mujer de la foto se llama Alaa Salah, y lideró en las protestas. Movilizaba a la gente, animaba a resistir, daba ánimos, recordaba que la lucha era pacífica, noviolenta, y le informaba a todo el mundo de sus derechos. Si las mujeres no hubieran sido parte de las protestas, no habríamos llegado a nada. Muchas mujeres han perdido la vida por el régimen de violencia.

Las mujeres están ahora también en las negociaciones. Están en la Asociación de Profesionales, y en Libertad y Cambio [ahora llamado Fuerzas de la Libertad y el Cambio].

EN: ¿El equipo de negociación intenta que se celebren elecciones generales?

Sí, ahora mismo el gobierno es militar. La gente ha logrado parte del objetivo, pero no todo. Lograron echar al jefe del régimen [Omar al-Bashir, a mediados de april 2019], pero hasta ahora el régimen sigue operativo, en las oficinas, los ministerios, y el ejército. El Consejo Militar que negocia con la oposición es parte del régimen. Por eso la gente sigue resistiendo, haciendo las sentadas de protesta. Pedimos un gobierno civil.

Los militares están divididos. Algunos son del régimen, la mayoría no, pero el régimen está intentando “islamizar” y “arabizar” al ejército. El ejército no quería porque teóricamente son un cuerpo nacional, al que puede pertenecer cualquier hombre sudanés. Sudán es un país multicultural, tiene muchas religiones, es multiétnico. Tenemos diferentes grupos étnicos, pero el régimen intentaba arabizar al ejército. La mayoría de los oficiales del ejército lo rechazaban. Los altos cargos militares de ahora son del régimen, se llaman Consejo Militar, pero el resto del ejército no les pertenece, por eso están divididos. Más del 50% del régimen están bajo búsqueda y captura por orden del Tribunal Penal Internacional por su violencia contra el pueblo sudanés. Han asesinado a miles de personas por todo el país.

EN: Has mencionado la naturaleza multi-étnica y la diversidad de religiones en Sudán. ¿Esos grupos han estado en las protestas?

Durante el régimen, las personas cristianas estaban en una posición muy mala. Por eso cuando se iniciaron las protestas, la comunidad cristiana se alegró y se unió. La Asociación de Profesionales invitó a las parroquias/iglesias a sumarse a las protestas y la sentada ante el cuartel general de las fuerzas armadas, y éstas asistieron el domingo para rezar. Los viernes, las personas cristianas vienen a las sentadas y ayudan a que las personas musulmanas puedan rezar porque les montan un refugio para protegerse del sol, que es muy fuerte.

Muchas parroquias/iglesias van a las sentadas a rezar. El viernes, los grupos musulmanes venían a rezar, y los grupos cristianos venían y les ayudaban, que ahora estamos en el mes de Ramadán. La gente se ha unido y la sentada ante el cuartel general del ejército está muy bien organizada.

EN: ¿Crees que las protestas han fortalecido el sentimiento de comunidad? ¿Han unido más a la gente?

MA: Las protestan han ayudado a la gente a unirse y sentirse como una comunidad. En Sudán, antes del régimen, la gente era muy pacífica, se solían ayudar, se alegraban de verse, se acogían en sus casas. Ahora en la sentada ves a gente de todas partes de Sudán pasando tiempo junta, y compartiendo la comida. Ahora incluso comparten el dinero: si tienes dinero, lo das, y si no tienes, puedes usarlo. Si no tienes dinero para el transporte, alguien te lo paga. A las protestas, siempre han traído comida y agua, pero ahora además traen dinero. Puedes dormir donde quieras, puedes hablar con quien quieras, nadie tiene miedo de las otras personas. Las personas que hacen las protestas están expresando su solidaridad también con la gente que está en las zonas de conflicto, como en Darfur. Les dicen que sienten mucho lo que está pasando y que las protestas son para cambiar la situación: éste es el mensaje que ofrece la protesta de la sentada a la población de esas zonas. Y la gente que está en las zonas de conflicto envían mensajes a las protestas, y les agradecen lo que están haciendo por cambiar el régimen.

EN: ¿Qué has aprendido de la movilización?

MA: He aprendido que la gente a veces está dispuesta a desarrollar acciones noviolentas, pero que necesita que hay quien organice cosas. La gente estaba muy por la labor de hacer algo, pero no había líderes. Eso significa que la comunidad necesita personas que lideren; para que las comunidades puedan usar las herramientas de la acción noviolenta, necesitan contar con activistas de la noviolencia, y tener entrenamientos para el liderazgo, porque así podrán usar todo eso para cambiar sus vidas y la situación.

También he aprendido que cada comunidad tiene su propia táctica noviolenta. En Sudán, tenemos nuestras visiones de noviolencia, algo diferente de lo que he aprendido de otras experiencias, como las que conocemos de Gandhi, Nelson Mandela, Martin Luther King... Ellos tenían sus propias tácticas noviolentas, y en Sudán hemos desarrollado las nuestras propias. Ha sido muy creativo, y muy eficaz. Nos ha permitido descubrir muchas formas de llevar a cabo la lucha noviolenta. Queremos documentarlas, para que se puedan emplear en el futuro, para intercambiarlas con otras personas también, puede ser una aportación sudanesa al movimiento mundial de la lucha noviolenta. La gente puede apoyar las protestas sudanesas documentándolas, entrevistando a quienes protestan, y dando difusión en sus medios de comunicación.