Desde fuera, el cambio social parece caótico, espontáneo u orgánico, acompañado de pocas razones o explicaciones. El movimiento Occupy, el bloqueo de la cumbre de la OMC en Seattle, la revolución del “poder popular” en Filipinas o tantos otros cientos de ejemplos podrían parecer que han pasado porque sí, o haber emanado únicamente del poder e influencia de un líder inspirador. En realidad, por debajo de este mito de que “las cosas pasan porque sí” hay activistas con un alto grado de compromiso que vuelcan mucha de su energía en planificar y organizar, en construir poder desde la base, en calcular cómo ejercer presión para conseguir que tenga lugar el cambio que esperan. Las cosas no pasan porque sí, es la gente la que consigue que pasen.

El boicot a los autobuses de Montgomery: por qué no pasó “porque sí”

Echemos un vistazo a esta lectura —bastante común— de la historia de la negativa de Rosa Parks a levantarse de su asiento en la parte delantera del autobús para ponerse en la trasera, donde se suponía que tenían que sentarse las personas negras, el 1 de diciembre de 1955.

Rosa Parks era una mujer vieja y cansada que tomó la decisión espontánea de negarse a ponerse en la parte de atrás de un autobús, iniciando así una reacción en cadena de acontecimientos, el boicot a los autobuses de Montgomery, que acabó con la segregación en los autobuses de Montgomery, Alabama, EEUU, y encendió la mecha de un movimiento de derechos civiles más amplio. Los sucesos generados por la detención de Rosa Parks fueron espontáneos y aleatorios, no fueron ni planeados ni esperados.

Esta versión de los hechos se olvida de lo más importante.

La efectividad del decimotercer mes del boicot a los autobuses de Montgomery se basó en los años de organización y construcción de poder que le precedieron, y en el reconocimiento de la oportunidad estratégica que suponía la detención de Rosa Parks que supieron ver grupos como Women’s Political Council, y National Association for the Advancement of Colored People (NAACP).

La detención fue vista por los líderes de la comunidad negra de Montgomery como la oportunidad que habían estado esperando para intensificar el conflicto por los autobuses segregados, convocando un boicot. Agudizar así el conflicto fue una decisión abierta y estratégica: no fue espontánea ni pasó “porque sí”. Esto queda subrayado por el dato de que Parks no fue la primera mujer en emprender una acción parecida. Nueve meses antes, Claudette Colvin también se negó a cumplir las órdenes del conductor del autobús de cambiares de asiento. Sin embargo, preocupaba el hecho de que una campaña o boicot construido alrededor de la detención de Colvin pudiera resultar debilitada porque se trataba de una adolescente soltera embarazada. Dadas las normas sociales del momento, se pensaba que esto disminuiría la eficacia de la campaña de boicot, así que esperaron que llegara alguien “irreprochable”. A diferencia de Colvin, Rosa Park era mayor, y tenía trabajo y muy buena reputación en la ciudad: el boicot fue una decisión estratégica tomada tras su detención.

“Yo no estaba cansada físicamente, o al menos no más que lo habitual al final de la jornada laboral. No era vieja, aunque alguna gente tiene la imagen de que yo era vieja entonces. Tenía 42 años. No, de lo único que estaba cansada, era de rendirme.”

Rosa Parks, en su autobiografía “Rosa Parks: My Story”

De todos modos, reconocer la oportunidad estratégica y convocar un boicot podría no haber sido suficiente. Veinticinco organizaciones negras locales habían pasado años construyendo poder comunitario, creando redes y alianzas, comunicando, fortaleciendo y creando estrategias, preparándose para una oportunidad de difundir sus reivindicaciones por el fin de la segregación y por la igualdad. Como miembro activo de NAACP de Montgomery, Rosa Parks había asistido a un taller en la escuela Highlander Folk que incluía debates sobre la desobediencia civil noviolenta como táctica. Martin Luther King, el nuevo pastor de 25 años de la ciudad ya había empezado su exploración del poder de la acción noviolenta. Cuando se presentó la oportunidad con la detención de Rosa Parks, fueron capaces de hacer uso de estos recursos. Si Rosa Parks hubiera actuado aisladamente de todo este contexto de estrategia y organización, difícilmente su acción, por muy valiente que fuese, habría podido traer aparejado todo el cambio que trajo.